Manteniendo los mismos valores desde su creación, la filosofía MUJI se expresa plenamente en su nombre: 無印良品. Estos kanjis, pronunciados Mujirushi Ryohin y abreviados MUJI, significan literalmente: "Productos de calidad sin marca".
"Productos de calidad" porque todos los productos MUJI están cuidadosamente pensados en términos de diseño, materiales y funcionalidad. Según MUJI, la calidad no consiste sólo en utilizar materias primas sostenibles o diseños atemporales que trasciendan el tiempo y las tendencias, sino también en racionalizar y optimizar los artículos para que cumplan perfectamente su función. Esta visión minimalista y práctica del diseño garantiza un uso eficiente y agradable, al tiempo que fomenta una vida sencilla y un estilo de vida virtuoso.
"Sin marca" porque para MUJI el valor de un producto reside en sí mismo y en el servicio que presta, no en el nombre que lleva escrito. Desde 1980, MUJI defiende estos valores sólidos y sencillos y promueve un comportamiento de consumo responsable capaz de responder a los retos de nuestro tiempo.

La historia de una marca sin marca
Nacida en Japón a principios de los años 80, la ambición de MUJI era ofrecer una alternativa modesta y reflexiva a los hábitos de la sociedad de consumo de la época. Por un lado, las marcas de lujo extranjeras ganaban popularidad en un entorno económico de prosperidad creciente. Por el otro, aparecían en el mercado productos de mala calidad y bajo precio, lo que tenía un efecto polarizador en los patrones de consumo. Por ello, MUJI se concibió como una alternativa sin precedentes a estas dos opciones. Comenzando con 40 productos, principalmente alimentos, vendidos en los grandes almacenes Seiyu, MUJI trastocó el mercado ofreciendo productos sencillos, asequibles y de alta calidad, destinados a reconectar con su esencia y verdadera naturaleza.
Para lograr este equilibrio, se establecieron tres prioridades: seleccionar los materiales, racionalizar los procesos y simplificar el envasado. El objetivo era volver al atractivo intrínseco de un objeto, un concepto estrechamente relacionado con la estética tradicional japonesa del su. Con el significado de "sencillo" o "sin adornos", su promueve la idea de que la sencillez no es meramente modesta o frugal, sino que posiblemente es más atractiva que el lujo. El antiguo presidente de MUJI, Masaaki Kanai, resumió la idea con estas palabras: "MUJI ofrece objetos que moderan los excesos y hacen que los usuarios sientan la belleza y el orgullo de vivir una vida sencilla y modesta".

"Un poco de todo y nunca demasiado de nada". Este proverbio japonés podría aplicarse a los procesos de fabricación de MUJI, que no han cambiado desde su creación.
Aunque los tiempos y las costumbres evolucionen, MUJI sigue centrándose ante todo en la selección de los materiales, el escrutinio de los procesos y la simplificación de los envases para crear productos de calidad sin florituras.
01. La selección de los materiales
02. Los procesos de fabricación
03. La simplificación de los envases
01. La selección de los materiales

01.
Los materiales utilizados para fabricar los productos son de suma importancia para MUJI, que investiga por todo el mundo los recursos más adecuados. El criterio de selección más importante es -y será siempre- la calidad.
MUJI utiliza materiales de primera calidad, esencias naturales de bajo impacto medioambiental, artículos desechados por su aspecto, o recortes y residuos de la fabricación de otros productos. Así es como MUJI consigue tanta calidad a un precio razonable. Por ejemplo, MUJI recicla las fibras de algodón que se han caído durante el proceso de peinado (ochiwata) para fabricar tejidos, utiliza papel reciclado en etiquetas, bolsas y envases, y recoge trozos de caramelos que se han cortado durante el proceso de fabricación para poder venderlos también, ya que saben exactamente igual. MUJI también elige materias primas sostenibles, como el algodón orgánico, el cáñamo o el kapok, que garantizan un impacto mínimo tanto en el medio ambiente como en los productores, al tiempo que añaden cualidades únicas a las prendas y a su funcionalidad.
Para lograr este equilibrio, se establecieron tres prioridades: seleccionar los materiales, racionalizar los procesos y simplificar el envasado. El objetivo era volver al atractivo intrínseco de un objeto, un concepto estrechamente relacionado con la estética tradicional japonesa del su. Con el significado de "sencillo" o "sin adornos", su promueve la idea de que la sencillez no es meramente modesta o frugal, sino que posiblemente es más atractiva que el lujo. El antiguo presidente de MUJI, Masaaki Kanai, resumió la idea con estas palabras: "MUJI ofrece objetos que moderan los excesos y hacen que los usuarios sientan la belleza y el orgullo de vivir una vida sencilla y modesta".
02. Los procesos de fabricación

02.
Los procesos de fabricación se examinan periódicamente. Cualquier proceso que no repercuta en la calidad de un producto -como la clasificación, el calibrado y el pulido- se descarta para conservar sólo los pasos realmente necesarios.
Al centrarse en la calidad real, MUJI reduce los residuos y los costes. Por ejemplo, se elimina la clasificación por forma y tamaño de caramelos, shiitakes secos y otros aperitivos. Se están revisando las normas sobre manchas oscuras y flujos de esmalte en las vajillas de porcelana para reducir la eliminación de productos. Y se omite el proceso de blanqueo de la pasta para envases, etiquetas y cuadernos. Estas pautas de producción, que permiten ofrecer productos de calidad a precios asequibles, también celebran la imperfección de las cosas y la belleza que se deriva de ella.
Según la filosofía japonesa del wabi-sabi, la gracia y la armonía se encuentran en lo desnivelado y lo natural, más que en los formatos estandarizados y la ausencia de defectos.
03. La simplificación de los envases

03.
La simplificación de los envases es crucial para MUJI. La idea no es adornar, sino resaltar los colores y formas naturales de los productos.
Por eso se colocan en envases sencillos y uniformes. Fiel a una filosofía de simplicidad, este planteamiento también se ajusta a una política de conservación de recursos y reducción de residuos. Como resultado, todos los productos MUJI aparecen en los estantes de las tiendas en envases sencillos que sólo contienen información relacionada con el producto, con su emblemática etiqueta de precio fabricada con papel certificado FSC*. Dado que los residuos plásticos son un problema importante para el medio ambiente, se reduce al máximo el uso de plástico para envases, se ofrecen bolsas de papel en las tiendas y se fomenta el uso de bolsas reutilizables. Por último, la ropa de vestir y la ropa del hogar se venden solo con sus etiquetas y sin embalaje, para evitar el desperdicio de material.

A medida que el agotamiento del planeta insta a la humanidad a adoptar un modelo de consumo menos derrochador y más sostenible, la filosofía MUJI parece aún más apropiada.
La visión del diseño de MUJI no tiene nada que ver con los adornos, la seducción o la renovación artificial de las colecciones, sino más bien con una propuesta para reducir los apetitos. No con un espíritu de frustración y restricción, sino de moderación pacífica, aspirando a una modesta satisfacción. Masaaki Kanai, frente a la sociedad (sobre)consumista de los 80 regida por un tiránico "Esto es lo que quiero", aspiraba a ofrecer un tranquilizador "Esto servirá". Hay un dicho japonés que dice "la bolsa de los deseos no tiene fondo". MUJI quiere coser ese fondo.
Mientras que la mayoría de las marcas proponen o incluso imponen llenar nuestra vida de extras, MUJI nació para aligerar y simplificar el día a día. Diseñando productos tan ingeniosos que funcionan a la perfección, sin problemas. Satisfaciendo nuestros deseos y necesidades en lugar de crear otros nuevos. Liberándonos de la tiranía de la elección con productos que hacen lo que dicen y dicen lo que hacen. Proponiendo soluciones pragmáticas para ordenar nuestros hogares. Ofreciendo prendas que duran más. E incluso apoyando una visión diferente del diseño, donde la belleza a veces procede de la imperfección o la sencillez, frente a una sociedad que predica la búsqueda implacable de la perfección.
Este estado de ánimo tiene su origen en los conceptos japoneses de japandi y wabi-sabi, que perciben la estética en lo esencial y lo auténtico. Porque el alma japonesa de MUJI no es folclore. Vive en el corazón mismo de la marca y se infunde sutilmente en todas partes a través de principios que pueden ser aplicados por todos: un deseo de consumir de forma diferente, una cierta atención al detalle, una búsqueda constante de soluciones ingeniosas, una alegría por encontrar la belleza funcional en las cosas que nos rodean, y una estética de la armonía.

MUJI ofrece una forma más pacífica de experimentar la vida cotidiana, eliminando la carga mental y el estrés mediante una simplicidad cuidadosamente pensada.
Cuando el diseño elimina detalles innecesarios y elementos no relacionados con la función, un producto recupera su esencia. Eso hace que su uso sea aún más fluido y accesible al mayor número de personas posible. Al eliminar estas fuentes de estrés y pérdidas de tiempo innecesarias, la vida se enriquece, se agiliza y se alarga, lo que deja espacio para otras actividades... o para la relajación. Este correcto distanciamiento del mundo material refleja el concepto japonés de danshari, que transforma nuestra relación con las posesiones para devolvernos la libertad y la sensación de realización personal.
Esta idea se refleja en todo lo que MUJI hace, en todos los ámbitos y a lo largo de los años, con más de 1000 tiendas MUJI en todo el mundo que ofrecen más de 7000 artículos de papelería, viajes, cuidado personal, almacenamiento y limpieza, así como ropa, hoteles, restaurantes y casas. También es un hilo conductor constante en las iniciativas sociales y los proyectos medioambientales organizados por la marca. Todo lo que MUJI piensa y hace tiene como objetivo una vida más rica y feliz. Un equilibrio expresado por los fundadores con este lema: "Come bien, duerme bien, camina más y limpia a menudo". Combinando mindfulness y creatividad, MUJI propone vivir en una sociedad más cómoda pero también más sostenible, en armonía con nuestro entorno. Un mundo en el que la sencillez y la belleza impregnan la vida cotidiana y rigen todos los aspectos de la existencia en pacífica armonía.