En conversación con
Anna Kidel y Sam Pearson
Anna Kidel y Sam Pearson son los cofundadores de Mythology, un estudio de artesanía y diseño que fabrica muebles de madera a medida y por encargo.
La pareja empezó a trabajar la madera casi por accidente, tras haber pasado gran parte de sus carreras en marketing y televisión, respectivamente. Fue después de que Sam hiciera una mesa rudimentaria con andamios recuperados para su casa del este de Londres cuando la pareja decidió probar suerte vendiendo muebles hechos a mano en Etsy y, en palabras de Anna, ""todo creció a partir de ahí"".
Mythology se lanzó en 2019, convirtiendo este proyecto de jardín trasero en una práctica colaborativa a tiempo completo que combinaba la experiencia de Anna en marketing con el nuevo talento de Sam para trabajar la madera, así como su pasión compartida por el diseño. Desde que se mudaron a Bristol, la marca ha desarrollado un estilo distintivo caracterizado por formas minimalistas y abstractas y texturas talladas a mano que emulan los patrones que se encuentran en la naturaleza.
¿En qué se inspiran sus diseños?
Anna Kidel: A menudo utilizamos la madera con la que trabajamos como punto de partida para el diseño. Cuando tenemos una idea, pensamos en cómo podemos trabajar la belleza natural de esa madera y sus intrincadas vetas que intentamos realzar en nuestros diseños.
¿De dónde proceden los materiales?
AK: Nos abastecemos de toda la madera local, es una locura, el 90% de la madera que se utiliza en el Reino Unido es importada, cuando hay tantas especies preciosas a mano. También trabajamos con madera recuperada de árboles talados para la construcción o caídos de forma natural, así como madera recuperada que de otro modo habría sido talada y quemada. Algunas de nuestras piezas más escultóricas están hechas con postes de amarre recuperados y vigas de casas antiguas.
Sam Pearson: Creo que la madera británica tiene más carácter que la importada. La madera importada ha sido cultivada especialmente para ser utilizada en muebles, por lo que todo el veteado es muy recto, lo que facilita su uso, pero para nosotros merece la pena el reto de utilizar madera británica porque el veteado es mucho más interesante y diverso.
¿Qué tal lleváis trabajar en pareja?
AK: Sam y yo empezamos a trabajar juntos de forma muy natural, no fue algo que nos propusiéramos. A lo largo de los años, mucha gente nos ha dicho que es mala idea trabajar con tu pareja, pero la verdad es que trabajamos muy bien juntos. Nos nutrimos mutuamente en el proceso de diseño; hay un intercambio mutuo.
SP: Esto se refleja en la relación porque nos da un elemento común. Para nosotros, hacer muebles no es sólo un trabajo, es mucho más; es nuestra pasión. Y compartirlo con alguien realmente crea un vínculo.
¿Cómo os inspiráis mutuamente?
SP: Es bastante interesante cómo ha cambiado la dinámica a lo largo de los años. Cuando empezamos, creo que las dos estábamos de acuerdo en que yo era la que tenía todas las ideas locas y Anna intentaba moderarlas constantemente. Ahora creo que la situación es un poco al revés, Anna intenta constantemente empujarnos a asumir más riesgos y a ser un poco más experimentales e imaginativos con nuestros proyectos, lo cual me gusta mucho.
¿Qué es lo que te produce alegría?
SP: Mi colección de cactus. Estoy completamente obsesionada con ellos. Un cactus peludo es lo más grande que existe. No puedo evitar acariciar el mío cada mañana. ¿Quién necesita un gato cuando tiene un cactus peludo?
¿Cómo modificareis vuestros rituales diarios con la llegada del invierno?
AK: Me encanta volver a sacar mi armario de invierno y ponerme toda mi ropa de abrigo.
SP: Probablemente no trabaje tanto por las tardes, ya que en el taller puede hacer mucho frío y oscurecer. Así que me gusta terminar antes durante los meses de invierno.
¿Cómo te vistes para sentirse cómoda?
AK: En el taller, siempre llevo ropa holgada que no limite mis movimientos. También considero que un gorro de lana y unos calcetines calientes son esenciales para mantener el calor en los meses de invierno.
SP: Siento mucho el frío, así que siempre me reconfortan las prendas de punto, los gorros y las bufandas. Si trabajo en el estudio, las capas son esenciales para poder desvestirme en cuanto empiece a moverme.